No todos los juicios se ganan con pruebas directas: a veces, la estrategia lo es todo. El litigio estratégico consiste en analizar el caso desde todas sus aristas legales, anticipar los movimientos de la parte contraria, y construir una narrativa jurídica sólida. Es la diferencia entre una defensa reactiva y una defensa inteligente que marca el ritmo del proceso.
Litigio estratégico: cómo una buena defensa puede ganar un caso difícil
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